
¿Piensas que has encontrado un ofertón? ¿Has oído hablar de los vicios ocultos de los pisos ganga? Párate a leer esto antes de firmar el contrato de compraventa.
Lo barato puede salir muy caro, y es que no es un dicho falto de razón, mucho menos en el mundo de la compraventa de viviendas. Puede que creamos que hemos encontrado una ganga, que es la oportunidad de nuestra vida, y si no somos precavidos y tomamos las medidas correspondientes para asegurarnos del buen estado del edificio y de la vivienda, puede que después tengamos que invertir en una reforma que haga que, al final, paguemos más que comprando una casa de nueva construcción. En efecto, más del 80% de las viviendas del mercado inmobiliario son de segunda mano, muchas de las cuales necesitan una reforma integral o, al menos, parcial. Valorar los gastos y compararlos con otras viviendas se convierte en algo imprescindible para no acabar metiendo la pata con esa oferta que pensábamos haber encontrado.
Comprar una casa barata y que la reforma dispare el precio
La realidad es que más de la mitad de las viviendas en España tienen al menos 40 años y su proceso de construcción no ha seguido los criterios de calidad que se emplean hoy en día, lo que da como resultado un gran número de edificios y de viviendas de baja calidad, ocasionando numerosos problemas relacionados con el síndrome del edificio enfermo parecido en los residentes. ¿Por qué se compran, sin embargo, más viviendas de segunda mano? Porque éstas son, de media, un 15% más baratas que las de nueva construcción. Si el metro cuadrado de las viviendas de segunda mano ronda los 1.560 euros, el metro cuadrado de las casas nuevas se sitúa en los 1.795 euros. A pesar de la diferencia, debemos realizar cálculos, porque si la vivienda tiene más de 25 años, necesitará una reforma integral, cuyo precio se sitúa entre los 450 y los 1.000 euros por metro cuadrado. Si tiene 10 o 15 años, la reforma será parcial, pero hablaremos también de cifras que rondan entre los 150 y los 300 euros por metro cuadrado.
Cómo saber si la casa necesitará reforma
Si la casa tiene más de 15 años, debemos prestar atención a los vicios ocultos que pueda tener la vivienda. Así, debemos interesarnos por las conexiones eléctricas, tuberías y conductos de calefacción que se esconden detrás de las paredes. Un truco para ver si las tuberías están en buen estado es abriendo los grifos y comprobando que el agua sale con una presión normal, que no se producen malos olores y otras irregularidades que podamos notar. En cuanto a la instalación eléctrica, debemos atender al certificado energético para comprobar las medidas que hay que corregir para mejorar la eficiencia energética. Muy relacionadas con este tema están las ventanas, que si son viejas, tendremos que cambiarlas para que nuestra factura de la luz no se dispare mes a mes. Por otro lado, atendamos a las posibles humedades, foco de problemas en muchas casas antiguas. Para saber si puede existir algún problema de humedades, fijémonos en los azulejos y en el suelo: si algún azulejo está abombado o una parte del suelo está levantada, probablemente existan problemas de humedades en la vivienda.
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