¿Imaginas poder alquilar tu vivienda sin preocupaciones? ¿Contratarías un seguro de impago del alquiler para cubrir posibles deudas por parte del inquilino?
Son tantos los casos en los que, por desgracia, el inquilino se ve imposibilitado para continuar pagando las mensualidades, que los propietarios, como también es lógico, no se atreven a iniciar un contrato de alquiler. Con miedo a futuras situaciones de impago a causa de problemas en el pasado (deudas, destrozos en el hogar…), son muchos los arrendadores que dejan de alquilar su vivienda. Por otro lado, pedir un aval al arrendatario resulta impracticable hoy en día: nos costaría mucho encontrar interesados. Por ello, contratar un seguro de impago del alquiler se ha convertido en la mejor opción de los propietarios.
“Prevención de morosos” por parte del seguro
Los profesionales en seguros de impago del alquiler se encargan de encontrar un inquilino solvente que pueda asegurarnos, en la medida de lo posible, un pago sin irregularidades. Así, exigen nóminas y contratos de trabajo a los arrendatarios, con el fin de conocer su situación laboral y económica, para evitar sustos inesperados. Sin embargo, para los sustos también tienen soluciones.
Cobertura de los pagos durante 12 meses
En caso de impago, el propietario deberá comunicar su situación al seguro lo antes posible, y recibirá una cobertura de hasta 12 meses de alquiler. No obstante, esta cobertura requiere que el propietario informe de la deuda dentro de los 45 días después de la fecha de impago. En cuanto el seguro conozca la situación, el departamento jurídico llevará a cabo las operaciones oportunas para solucionar el problema.
Protección en caso de robos y desperfectos
No solo eso, sino que algunas compañías aseguradoras ofrecen respaldo jurídico en caso de conflicto entre el propietario y el inquilino. Son tantas las ocasiones en las que no se logra una solución amistosa, que debemos ponerle freno a injusticias que puedan afectar a ambas partes. Respecto a la figura del propietario, éste estará cubierto en caso de robo o deterioro de la vivienda, punto que resulta, en muchas ocasiones, incluso más atractivo que la cobertura del impago. En definitiva, pagando entre 200 y 400 euros al año por el seguro, dependiendo del importe del alquiler de la vivienda, los arrendadores vivirán tranquilos y tendrán manga ancha a la hora de aceptar inquilinos, lo que beneficiará a ambas partes y hará que el alquiler de pisos cobre cada vez más protagonismo en el sector inmobiliario.
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