Hay sentimientos exclusivos del ser humano y no de la inteligencia artificial (de momento)
Para acompañar al cliente en el proceso de compraventa de su vivienda, el asesor inmobiliario, transmite sentimientos, como la emoción y la empatía, capaces de realizar dicho proceso con una gran fluidez.
El agente inmobiliario debe entender todos los factores que giran en torno a la compra de un inmueble.
El robot podrá registrar estados de ánimo, pero difícilmente podrá ayudar a tomar decisiones fuera de la racionalidad de los datos, tendencias y conocimientos adquiridos.
La tecnología ayuda cuando sus herramientas se utilizan adecuadamente
Hay profesiones en las que difícilmente la inteligencia artificial pueda sustituir al humano, como educadores de pre-escolar, políticos, jueces o doctores de salud mental.
Los robots, todavía, no disponen de las siguientes características inherentes al ser humano
- Intuición:
Cada persona tiene sus gustos, sus deseos, inconvenientes y expectativas. Y cada inmueble tiene unas características, se halla en distinto estado, y ubicación. Por tanto, podemos admitir que no hay dos personas iguales y tampoco dos inmuebles iguales.
Por mucho que se quiera aplicar la ciencia en el proceso de búsqueda de una vivienda, habrá siempre factores que distorsionen una selección inicial.
Las personas solemos tener, siempre, una serie de prototipos, en todos los sentidos, que no siempre son inamovibles: el prototipo de mujer u hombre (es un símil atinado) que no siempre uno acaba con esa persona ideal que se había imaginado. Así mismo ocurre en el sentido inmobiliario: el cliente puede tener un prototipo de piso, pero la experiencia de un agente inmobiliario le permite saber que hay viviendas, alejadas de las características inicialmente deseadas, que pueden encajar con los deseos del comprador.
Esa intuición no la tiene el robot, que analiza sólo las condiciones establecidas en unos filtros, para eliminar de la selección cualquier oportunidad que no encaje.
- Razonamiento:
El razonamiento es otra cualidad del ser humano, no existente de momento en las máquinas.
El razonamiento ayuda a descifrar los datos, a darles sentido, a ver el bosque completo, para que el cliente conozca la situación y se prepare para el siguiente paso, como es la negociación.
Las máquinas sólo ven ceros y unos, blanco y negro.
La realidad muestra una escala muy amplia de grises, que de momento sólo se interpreta correctamente con materia gris, con experiencia e interpretación, tanto objetiva como subjetiva de la información.
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